¿Qué es el “Síndrome de la cara vacía'' que ha provocado el fin del uso de mascarilla?
El 20 de abril ya no sólo será una fecha que dará nombre a una canción de Celtas Cortos. Ahora, esta fecha también será recordada como el fin de las mascarillas en España.
Las mascarillas, que nos han acompañado durante dos años para resguardarnos del covid, dejan de ser obligatorias en el interior.
Esto ha supuesto una liberación para muchas personas que desean volver cuanto antes a la normalidad, pero también un motivo de ansiedad para muchas otras.
Aparece así lo que se llama como Síndrome de la cara vacía o miedo a quitarse la mascarilla. Te contamos más en este post.
Qué es el Síndrome de la cara vacía
El Síndrome de la cara vacía es un malestar psicológico, generalmente con síntomas de ansiedad, que ha aparecido tras el fin de las mascarillas en interiores.
Uno de los orígenes de este miedo a quitarse la mascarilla, puede ser el temor al contagio. No obstante, desde el punto de vista psicológico uno de los principales motivos por los que esta situación nos causa estrés es la inseguridad que nos genera enseñar nuestro rostro al completo.
Y es que, las mascarillas, además de protegernos del virus y ayudarnos a enmascarar (nunca mejor dicho) nuestras emociones y reacciones, resultaban gran aliado para aquellas personas con complejos e inseguridades.
Ahora que esa coraza no es necesaria en espacios interiores, ni exteriores, quedamos expuestos tanto física, como emocionalmente, haciendo que muchas personas se sientan juzgadas y evaluadas por los demás.
Por lo tanto, esta fobia que los expertos han denominado como Síndrome de la cara vacía, se caracteriza por una gran sensación de inseguridad que se genera en la persona al dejar al descubierto la cara.
Los síntomas más comunes son:
- Inseguridad y vulnerabilidad al mostrar la cara
- Falta de control de la situación
- Miedo al contagio al no sentirse protegido
- Ansiedad causada por miedo a las burlas
Ahora que sabemos qué es… ¿Quiénes son los principales afectados por este síndrome?
A quién afecta principalmente este síndrome
Son muchas las personas las que ya se habían acomodado a ocultarse tras la mascarilla. Sin embargo, este síndrome de la cara vacía está afectando sobre todo a jóvenes y adolescentes.
En esta etapa tenemos muchos cambios físicos: vello facial, ortodoncias, acné.., por lo tanto, la sensación de inseguridad es mucho mayor. Además, es una época de nuestra vida, en la que nos preocupamos mucho por encajar en algún grupo, por lo que buscamos la aceptación de los demás.
En la adolescencia estamos mucho más expuestos. En entornos como colegios e institutos, las habilidades sociales y la comunicación son fundamentales, por lo que, la retirada de la mascarilla, puede generar grandes problemas de autoestima en este grupo social. Además, lamentablemente en los colegios e instituto existen muchos casos de bullying.
Debemos pensar que, muchos jóvenes, han entrado a la adolescencia con la mascarilla, por lo que se han sentido seguros escondiendo los rasgos típicos de la adolescencia que podían generar complejos.
Por ello, aunque también afecte a otros grupos, quitarse la mascarilla de golpe puede generar en jóvenes y adolescentes este Síndrome de la cara vacía que, podría agravarse, y convertirse en un Trastorno de ansiedad social o fobia social.
Consejos para vencer el Síndrome de la cara vacía
Aunque en la mayoría de los casos los expertos coinciden en que la adaptación es una cuestión de tiempo, estos son algunos consejos para que este progreso sea más fácil:
- Quitarse la mascarilla de manera progresiva. No sólo es una cuestión de tiempo, sino también de lugares, o personas. Por ejemplo, empieza a quitártela con pequeños grupos, o en sitios, donde te sientas más cómodo y seguro. Recuerda que no estás obligado a estar sin ella y es mejor retirarla cuando tú te sientas preparado, a hacerlo porque lo demás lo hacen.
Tip: Puedes hacer una lista de situaciones en las que te sientas inseguro, ordenándolas de menor a mayor dificultad para enfrentarlas. Así irás escalando poco a poco e irás ganando seguridad en cada paso.
- Ten presentes los beneficios de no llevar mascarilla. El fin de las mascarillas es una buena noticia, ya que significa ir volviendo poco a poco a la normalidad. Además, no usar mascarilla, mejora la comunicación, hace que respiremos mejor, que recuperemos la sonrisa… ¡y que no se nos empañen las gafas!
- Reflexionar e identificar qué es aquello que nos genera inseguridad. ¿Es inseguridad por nuestro aspecto físico? ¿A mostrar nuestras emociones? ¿Al contagio?
- Valora y potencia aquello que te gusta de ti. Presta atención a aquello que te agrada de tu rostro y aparta el foco de lo que te genera inseguridad.
- Normaliza y valida tus emociones. Cualquier emoción es válida. No pasa nada por mostrarnos tristes, enfadados, eufóricos… No tenemos por qué esconder nada, mientras tengamos autocontrol.
- Respeto a los demás. A partir de ahora la mascarilla, en la mayoría de los lugares, pasa a ser una opción. Cada persona puede actuar según sus ideales, por lo tanto no debemos juzgar ni a aquellos que la usan (“Eres un hipocondríaco”), ni a aquellos que han dejado de usarla (“Eres un irresponsable”).
- Pedir ayuda. Si la retirada de las mascarillas se te hace demasiado cuesta arriba, dificultando las relaciones sociales, lo mejor es pedir ayuda psicológica.
Al final, todo es un proceso de cambio y adaptación. Cada persona tiene sus propios tiempos.
Lo mismo que nos costó adaptarnos al escenario que generó el coronavirus y, debido a este, a las mascarillas, ahora es hora de volver a recuperarnos poco a poco y poner el foco en todo lo positivo que nos trae el fin de las mascarillas en interiores.