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Deglución atípica: ejercicios y cómo corregirla

Publicado: 28 oct 2025
Deglución atípica: ejercicios y cómo corregirla

La alteración en el patrón de deglución representa uno de los trastornos miofuncionales más frecuentes en la práctica logopédica, afectando tanto a población infantil como adulta. Este patrón disfuncional no solo compromete la función deglutoria, sino que puede generar consecuencias a nivel ortodóncico, fonoarticulatorio y postural.

Como profesionales de la salud, resulta fundamental comprender los mecanismos subyacentes a esta alteración para poder identificarla tempranamente y derivar a los especialistas adecuados cuando sea necesario. En este artículo abordaremos las características distintivas de este trastorno, sus implicaciones y las estrategias terapéuticas más efectivas.

¿Qué es y cómo se manifiesta?

La deglución normal se caracteriza por un patrón maduro en el que la lengua se posiciona contra el paladar duro, específicamente en las rugas palatinas, ejerciendo una presión posterior que facilita el paso del bolo alimenticio hacia la faringe. En contraste, la deglución atípica se define por la presencia de un patrón inmaduro de deglución que persiste más allá de los cuatro años de edad (Alarcón, 2013, pp. 39–40; García et al., 2021; Sánchez & Huc, 2021).

En este patrón alterado, la lengua adopta una posición interdental o se apoya contra las piezas dentarias anteriores durante el acto deglutorio. Esta proyección lingual anterior genera una presión anómala sobre los dientes, que con el tiempo puede provocar maloclusiones dentales, especialmente mordida abierta anterior.

Signos clínicos observables

Los profesionales pueden identificar diversos indicadores que sugieren la presencia de este trastorno:

Manifestaciones orofaciales: Se observa frecuentemente una postura labial inadecuada, con labios entreabiertos en reposo e hipotonía del músculo orbicular. La lengua puede visualizarse entre los dientes incluso en momentos de no deglución.

Alteraciones dentales: La mordida abierta anterior constituye el hallazgo más característico, aunque también pueden presentarse protrusión de incisivos superiores, diastemas interincisales y paladar ojival.

Patrones compensatorios: Muchos pacientes desarrollan movimientos compensatorios durante la deglución, como contracción excesiva de la musculatura perioral, elevación del mentón o tensión cervical visible.

Etiología y factores de riesgo

La comprensión de los factores etiológicos resulta esencial para un abordaje integral. Múltiples variables pueden contribuir al desarrollo y mantenimiento de este patrón disfuncional.

Factores estructurales

Las alteraciones anatómicas pueden predisponer o perpetuar el problema. El frenillo lingual corto limita la movilidad de la lengua, impidiendo que alcance la posición correcta en el paladar. La hipertrofia adenoidea o amigdalar obliga al paciente a mantener la boca abierta para respirar, favoreciendo la posición baja de la lengua (Sánchez & Huc, 2021).

Hábitos orales nocivos

La succión prolongada del chupete más allá de los tres años, el uso de biberón tardío o la succión digital constituyen factores de riesgo significativos. Estos hábitos mantienen un patrón de deglución infantil e interfieren con la maduración natural del sistema estomatognático (García et al., 2021; López et al., 2013, pp. 43–55; Noh et al., 2012, pp. 865–869; Sánchez & Huc, 2021).

Factores funcionales

La respiración oral crónica, independientemente de su causa, altera la postura lingual habitual. La lengua desciende para permitir el paso del aire por la cavidad oral, lo que dificulta la adquisición de un patrón maduro de deglución. Además, la hipotonía generalizada o específica de la musculatura orofacial puede comprometer la capacidad para mantener posturas adecuadas.

Evaluación logopédica especializada

El diagnóstico preciso requiere una valoración exhaustiva que contemple aspectos estructurales, funcionales y dinámicos del sistema orofacial.

Anamnesis dirigida

La entrevista inicial debe recoger información sobre antecedentes perinatales, desarrollo motor oral temprano, persistencia de hábitos orales, historial de lactancia materna, tratamientos ortodóncicos previos y sintomatología respiratoria. Es fundamental conocer si existe ronquido nocturno, infecciones respiratorias recurrentes o diagnóstico de obstrucción de vía aérea superior.

Exploración estructural

El examen debe incluir la valoración de la simetría facial, competencia labial, tipo de mordida, presencia de maloclusiones, características del paladar, longitud y movilidad del frenillo lingual, tamaño amigdalar y permeabilidad nasal. La palpación permite evaluar el tono de la musculatura orofacial en reposo.

Valoración funcional

Se observa el patrón deglutorio durante la ingesta de diferentes consistencias: líquidos, semisólidos y sólidos. Se registra la posición lingual, el sellado labial, la presencia de movimientos compensatorios y la coordinación del acto deglutorio. Es útil realizar esta observación en varias ocasiones, ya que algunos pacientes pueden modificar temporalmente su patrón cuando se sienten observados.

Abordaje terapéutico: principios fundamentales

El tratamiento requiere un enfoque multidisciplinar que puede involucrar a ortodoncistas, otorrinolaringólogos y especialistas en terapia miofuncional orofacial. La intervención logopédica constituye el pilar fundamental para modificar el patrón disfuncional.

Objetivos terapéuticos

El trabajo se estructura progresivamente, comenzando por el establecimiento de prerequisitos necesarios para una deglución correcta. Es imprescindible lograr un adecuado tono y movilidad de la musculatura implicada antes de intentar modificar el patrón deglutorio propiamente dicho.

Los objetivos incluyen:

  1. Normalizar el tono de la musculatura orofacial
  2. Ampliar el rango de movimientos linguales
  3. Establecer la respiración nasal
  4. Lograr el sellado labial habitual
  5. Automatizar la posición lingual de reposo correcta
  6. Instaurar un patrón de deglución maduro

Secuenciación del tratamiento

La intervención sigue una progresión lógica que no debe acelerarse. Comenzamos trabajando aspectos como la respiración, el tono muscular y la movilidad, para posteriormente abordar la posición de reposo lingual y, solo entonces, el patrón deglutorio activo.

Ejercicios de tonificación muscular

El fortalecimiento de la musculatura orofacial resulta fundamental para sostener posturas adecuadas durante periodos prolongados.

Fortalecimiento labial

Ejercicio de resistencia:

  1. Colocar un botón atado a un hilo entre los labios y la arcada dental
  2. Solicitar al paciente que mantenga el botón únicamente con la fuerza de los labios mientras se ejerce una tracción suave del hilo
  3. Mantener 10 segundos
  4. Realizar 10 repeticiones

Contracción isométrica:

  1. Presionar los labios con fuerza uno contra otro, como intentando "hacer desaparecer" los labios hacia dentro
  2. Mantener la contracción 5 segundos
  3. Descansar 3 segundos
  4. Repetir 15 veces

Tonificación lingual

Empuje contra resistencia:

  1. Con la boca ligeramente abierta, colocar el dedo índice bajo la punta de la lengua
  2. Solicitar que empuje el dedo hacia arriba con fuerza mientras este ofrece resistencia
  3. Mantener 5 segundos
  4. Repetir 10 veces

Presión palatal sostenida:

  1. Colocar la lengua completamente apoyada contra el paladar duro, ejerciendo presión hacia arriba
  2. Mantener esta posición 10 segundos
  3. Descansar y repetir 8 veces

Este ejercicio prepara para la posición correcta durante la deglución.

Ejercicios de movilidad y coordinación

La lengua debe ser capaz de realizar movimientos precisos y coordinados para ejecutar correctamente el acto deglutorio.

Praxias linguales direccionales

Elevación máxima:

  1. Abrir la boca e intentar tocar la nariz con la punta de la lengua, extendiendo al máximo sin provocar dolor
  2. Mantener 3 segundos
  3. Bajar
  4. Repetir 10 veces

Barrido palatal:

  1. Con la boca abierta, colocar la punta de la lengua detrás de los incisivos superiores
  2. Deslizarla lentamente hacia atrás por el paladar, como dibujando una línea
  3. Repetir 15 veces, enfocándose en la precisión del movimiento

Chasquido lingual:

  1. Pegar toda la superficie de la lengua contra el paladar
  2. Soltarla bruscamente para producir un sonido de chasquido
  3. Realizar 20 repeticiones

Este ejercicio fortalece y mejora la capacidad de elevación lingual.

Coordinación de movimientos complejos

Alternancia rápida:

  1. Realizar secuencias de movimientos: lengua arriba-abajo-derecha-izquierda
  2. Aumentar progresivamente la velocidad manteniendo la precisión
  3. Ejecutar la secuencia completa 10 veces

Trabajo de la posición de reposo

Antes de abordar el patrón deglutorio, es crucial establecer una correcta posición lingual habitual, ya que pasamos la mayor parte del día sin deglutir.

Concienciación propioceptiva

Spot de reposo:

  1. Identificar el "punto" correcto donde debe apoyarse la punta de la lengua: las rugas palatinas, justo detrás de los incisivos superiores sin tocarlos
  2. El paciente debe localizar esta posición con ayuda del espejo
  3. Mantenerla durante periodos cada vez más prolongados

Entrenamiento progresivo:

  1. Comenzar manteniendo la posición durante 30 segundos
  2. Incrementar gradualmente hasta poder sostenerla durante 5 minutos
  3. Realizar varias sesiones diarias de práctica en diferentes contextos

Reeducación del patrón deglutorio

Una vez establecidos los prerequisitos, se procede a modificar el patrón durante la deglución propiamente dicha.

Técnica de la gota

  1. Colocar una pequeña cantidad de líquido espeso (yogur líquido) en la punta de la lengua
  2. Con los dientes ligeramente separados y los labios cerrados, posicionar la lengua contra las rugas palatinas
  3. Ejercer presión hacia arriba y atrás para llevar el líquido hacia la faringe, sin proyectar la lengua hacia adelante

Progresión con diferentes consistencias

  1. Iniciar con líquidos espesos
  2. Avanzar hacia líquidos de consistencia normal
  3. Introducir semisólidos (purés, yogur)
  4. Trabajar con sólidos

En cada consistencia se debe automatizar el patrón correcto antes de pasar a la siguiente.

Deglución con control visual

Realizar degluciones frente al espejo para proporcionar retroalimentación visual inmediata. El paciente debe verificar que no hay movimientos compensatorios, que mantiene el sellado labial y que no se visualiza proyección lingual anterior.

Estrategias para la automatización

La verdadera eficacia del tratamiento se mide por la capacidad del paciente para mantener el patrón correcto de forma automática en su vida cotidiana.

Técnicas de generalización

Establecer recordatorios ambientales que creen oportunidades de práctica durante el día. Por ejemplo:

  • Practicar la posición de reposo cada vez que se mire una pantalla
  • Realizar una deglución consciente antes de cada comida

Registro y autorregulación

Implementar sistemas de automonitorización donde el paciente:

  1. Registre momentos de práctica consciente
  2. Note gradualmente cómo el nuevo patrón se vuelve más natural

La retroalimentación constante acelera el proceso de automatización.

Consideraciones para casos complejos

Algunos pacientes presentan características que requieren adaptaciones en el abordaje terapéutico estándar.

Intervención en adultos

Los pacientes adultos con patrones muy establecidos requieren mayor tiempo de tratamiento y una motivación especialmente sólida. La concienciación sobre las consecuencias a largo plazo (desgaste dental, problemas periodontales, recidiva ortodóncica) puede fortalecer el compromiso terapéutico.

Coordinación con ortodoncia

En casos donde existe maloclusión significativa, el trabajo logopédico debe coordinarse estrechamente con el tratamiento ortodóncico. Idealmente, la terapia miofuncional debe iniciarse antes o simultáneamente al tratamiento de ortodoncia para prevenir recidivas.

Abordaje cuando existe obstrucción respiratoria

Si persiste obstrucción de vía aérea superior, el pronóstico de la intervención logopédica es reservado.

Causas comunes:

  • Hipertrofia adenoamigdalar
  • Rinitis alérgica no controlada

Es imprescindible resolver primero la causa de la respiración oral para permitir que la lengua adopte una posición fisiológica.

Pronóstico y factores de éxito

El éxito terapéutico depende de múltiples variables que deben evaluarse al inicio del tratamiento.

Edad de inicio de la intervención

La edad de inicio de la intervención influye significativamente: los niños menores de 8 años suelen responder más rápidamente, mientras que adolescentes y adultos requieren periodos más prolongados.

Ausencia de hábitos orales nocivos activos

La ausencia de hábitos orales nocivos activos mejora sustancialmente el pronóstico.

Compromiso familiar

El compromiso familiar resulta determinante, especialmente en población pediátrica.

Los padres deben:

  1. Supervisar la práctica domiciliaria
  2. Reforzar positivamente los avances

Adherencia al programa de ejercicios en casa

La adherencia al programa de ejercicios en casa es el factor modificable más importante para predecir el éxito.

Duración media del tratamiento

  • 6 a 12 meses de intervención activa
  • Revisiones de seguimiento durante 6 meses adicionales para verificar el mantenimiento del patrón correcto
  • Casos complejos con múltiples factores etiológicos pueden requerir tratamientos más prolongados

Papel del psicólogo en el abordaje integral

Desde la perspectiva interdisciplinar, los profesionales de la psicología pueden contribuir significativamente al éxito terapéutico, especialmente en casos donde existen factores emocionales asociados.

Algunos pacientes desarrollan ansiedad relacionada con la ingesta en público o evitación de situaciones sociales que involucren comidas debido a la vergüenza por su forma de tragar. El apoyo psicológico puede resultar necesario para abordar estas dificultades emocionales secundarias.

En niños con baja adherencia terapéutica, estrategias basadas en modificación de conducta implementadas por psicólogos pueden incrementar la motivación y el cumplimiento del programa de ejercicios domiciliarios. El uso de sistemas de reforzamiento positivo y técnicas de autorregulación facilitan la automatización del nuevo patrón.

La comprensión de esta alteración miofuncional permite a los profesionales de diferentes disciplinas identificar casos que requieren derivación especializada y contribuir desde su ámbito específico al abordaje integral de los pacientes afectados.

 

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