¿Cuáles son los límites de la mediación?
¿Siempre se puede mediar?
Casos en los que no es posible mediar
- Si alguna de las partes no muestra el interés suficiente para llevar a cabo la mediación, la boicotea u obstaculiza.
- Si es necesario que siente un precedente legal.
- Si en la conducta de las partes se descubre algún comportamiento fuera de la ley que requiera sancionarse.
- Si alguno de los participantes no puede, por las razones que sea, negociar por sí mismo o con la asistencia de un abogado.
- Si alguna de las partes necesita probar la verdad de los hechos que interesan al proceso.
Casos de violencia
En este sentido, el Consejo General del Poder Judicial, en el Informe sobre Violencia de Género en el ámbito familiar de 2001, destacaba la conveniencia de remitir al orden jurisdiccional civil las infracciones leves relativas a violencia doméstica.
Cuando determinados profesionales se han negado a mediar en este tipo de casos, han sido recriminados por las partes. Éstas, han alegado que se les cerrase esta forma de solucionar sus problemas.
Cuando se ha puesto en práctica la mediación en casos de violencia, se ha visto como un espacio idóneo para el perdón; no obstante, sigue siendo un ámbito en el que las partes nunca podrán sentirse en igualdad de condiciones (característica básica del proceso de mediación).
Casos de abusos y violación
Estos casos complican los principios básicos del Derecho Penal, como su carácter sancionador. A la vez que esbozan serios dilemas.
En los casos donde una de las partes padece una patología emocional grave, un componente básico a tener en cuenta es que el proceso de mediación no debe cubrir o invadir espacios en los que deben intervenir otros profesionales. Por ejemplo, el campo de lo judicial y de lo terapéutico. Sirva esto en todos estos casos.
Donde encontramos también dificultades, pero sí se puede intervenir llevando a cabo un proceso de mediación, es en el terreno en el que se discuten valores (religiosos, morales, éticos…) y ello provoca el desgaste de las relaciones personales.
También es aconsejable la mediación familiar para llegar a consensos donde todas las partes de la unidad familiar estén de acuerdo o conforme.